LOS TRAPECIOS, ESAS PEQUEÑAS Y A
VECES CONTROVERTIDAS HERRAMIENTAS PREHISTÓRICAS.
Aunque tienen unas
características bastante precisas (sobre todo la forma trapezoidal, uno de sus
lados- generalmente el mayor – de filo cortante, y los otros tres más o menos
abruptos), pueden tener una gran variabilidad en los elementos técnicos que lo
conformaron, que pueden sufrir múltiples combinaciones. Normalmente
los dos lados menores tienden a ser abruptos, aunque las inclinaciones pueden
sufrir cierto grado de verticalidad (desde 90 a 45 grados) y haber sido
conseguidas por diversas técnicas, desde el ángulo de ataque para las piezas
mayores, o abatimiento por presión para las más pequeñas, en delicadas
manipulaciones fabriles, logrando autenticas miniaturas, aguantando sin
romperse casi milagrosamente. Otras veces alguno de estos lados abruptos puede
haber sido conseguido directamente por rotura de un producto laminar o
alargado, aunque discernir si la rotura fue intencionada o fortuita no es
siempre posible. El resultado al final es el mismo. Hagan la prueba y lo
comprobaran. El filo cortante siempre es un elemento imprescindible en el
trapecio, que por lo general suele corresponderse con el lado mayor, y el otro
lado suele tener distintos grados de verticalidad, que puede alcanzar desde 0 a
90 grados. Los más perfectos son los que componen el trapecio con tres lados
abruptos y el lado restante cortante. .., y luego vienen los puristas, aquellos
que defienden la pureza del tipo con la fe del converso, y nos dicen que un
trapecio solo lo es si reúne tales o cuales cualidades. Nosotros ya somos más
laxos, y nos conformamos con que tenga forma trapezoidal, un filo cortante, y
unos lados más o menos abatidos, aunque cada vez admiramos más estas pequeñas
piezas que nos muestran la pericia y maestría de nuestros antepasados
prehistóricos.
Su cronología también es variada,
tomando carta de identidad en el Magdaleniense, y prolongándose hasta la
Prehistoria Reciente, cada vez con mayor perfección y delicadeza.
Hoy compartimos una de estas
piezas en miniatura, de apenas unos milímetros, perteneciente al neolítico
malagueño, procedente del ajuar de un enterramiento en Cuevas de San Marcos
(Málaga), y cuyo estudio concluimos hace poco tiempo. Es una joya.
Deseamos que os guste.
Yacimientos Arqueológicos de La
Araña.
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