LA ARQUEOLOGÍA
EXPERIMENTAL EN LA ARAÑA: HACIENDO FUEGO POR FROTACIÓN
El fuego ha sido un elemento necesario para la
especie humana desde tiempos remotos. Nos ha servido para combatir el frio de
las glaciaciones, para preparar las comidas, para romper las tinieblas de las
cuevas, y para calentar el sílex y poder tallarlo con más facilidad. Ha sido un
fiel compañero de la Humanidad. Sus huellas aparecen en los yacimientos en
forma de hogares encendidos por nuestros ancestros, o de huesos y conchas quemados, o de sílex pasados por el fuego,
así como los hollines de hogueras y lámparas de grasa en los techos rocosos.
Pero si bien sus huellas son abundantes, desconocemos como lo hacían
exactamente. El registro arqueológico está casi huérfano de los procesos
seguidos. Para ello nos tenemos que aproximar a la Etnoarqueología, donde
algunos grupos humanos han llegado hasta nuestros días en estadios más o menos
primitivos, como algunas tribus esquimales, y algunas otras en África. Tienen
el denominador común de producir fuego por frotación, bien con arco o sin arco.
En La Araña probamos de ambas formas, siendo más fácil con la primera.
Queremos compartir uno de los momentos,
después de frotar y soplar mucho.
Cuevas de La Araña.
30-12-2020.
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