LA PERSISTENCIA DE LO
ANCESTRAL EN LA ARAÑA (MÁLAGA, ESPAÑA)
Hace tiempo que la Arqueología
ha dejado atrás la preponderancia de la “cacharrología” para definir “culturas”
¡Afortunadamente! Se centra sobre todo en las pautas que deben seguir cualquier
historiador honrado e imparcial, analizando a las sociedades prehistóricas, el
uso de los recursos disponibles en cada momento, los condicionantes impuestos
por el medio ambiente, su organización social, sus creencias y rituales, con
una narración fidedigna de los hechos acaecidos a los grupos. Al fin y al cabo la Prehistoria no deja de ser la Historia de la Humanidad
cuando aun no existía la escritura, para dejarnos por escrito los
acontecimientos sucedidos, con el sesgo que también esto conlleva, ya que la
Historia la escriben los dominantes, y la propagan los aduladores y los
“palmeros” del Poder ¡Aquí sí que tienen que hacer una importante labor de
desbroce los historiadores para llegar a la escueta verdad! A pesar de que el
rumbo de los prehistoriadores se ha adecuado al de los historiadores desde hace
mucho tiempo, no se puede olvidar la gran importancia que siguen teniendo los
objetos de la cultura material, a la hora de analizar los avances tecnológicos
e industriales para la supervivencia de nuestros ancestros. En esto los datos son tozudos, y también
reflejan muchas veces aspectos evolucionistas y sociales.
Hoy compartimos una
visión de dos vasijas globulares con cuello de botella y tres asas
equidistantes, decoradas con motivos de bandas horizontales, que van de asa a
asa. La más pequeña, aparecida entera, pertenece al Neolítico Antiguo en La
Araña, y está primorosamente tratada, incluso en el equilibrio formal y
decorativo. Tienen el plus de lo novedoso, y un tanto el aprecio de lo nuevo.
Es un recipiente para ser colgado, de ahí sus tres asas, que definen un plano
en equilibrio. Su tamaño suele ser mediano o pequeño, y son fácilmente
transportables. La otra vasija (reconstruida), del Neolítico Medio, refleja otra situación. El Neolítico está ya
plenamente implantado, hay mayor excedentes de recursos, y es mayor la
necesidad de almacenamiento. Algunas vasijas aumentan significativamente su
tamaño, aunque muchas guardan las señas de identidad ancestrales. Es el caso de
la vasija reconstruida que hoy mostramos. Sigue siendo una globular con cuello
de botella, con tres asas equidistantes, y una decoración de bandas, que va de
asa a asa. Pero a pesar de las coincidencias formales con las vasijas antiguas,
las cosas han cambiado. Ya no presentan los acabados primorosos que tenían las
primeras. Son más descuidados y resolutivos. Se habían convertido en un
elemento más de su cultura, con un marcado sentido práctico, aunque aún
presenten algunos rasgos del pasado. El mayor peso a soportar hizo que las tres
asas primigenias se reforzaran, convirtiéndose en asas dobles. En fin, nueva
situación nuevas soluciones… aunque guarden reminiscencias del pasado.
Deseamos que os gusten.
Yacimientos
Arqueológicos de La Araña.#Estamosabiertos
15-10-2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario