viernes, 24 de abril de 2020

EL CAMBIO DE PARADIGMA EN EL NEOLÍTICO EN GENERAL Y EN LA ARAÑA EN PARTICULAR


EL CAMBIO DE PARADIGMA EN EL NEOLÍTICO EN GENERAL Y EN LA ARAÑA EN PARTICULAR
Nos ha costado millones de años llegar a donde estamos, en nuestra lenta evolución como especie. Ha sido una evolución tanto física como tecnológica y cultural. En la Prehistoria el presente siempre estuvo marcado por las profundas raíces del pasado. El hilo conductor estuvo condicionado por la supervivencia del grupo, y nuestra capacidad de aprendizaje para seguir avanzando, acumulando conocimientos y herramientas para sobrevivir y organizar la existencia de las distintas sociedades prehistóricas. Nuestra condición de omnívoros nos obligó a organizarnos como cazadores-recolectores, y fijó un paradigma de conducta bastante continuista, a la hora de acometer nuestra existencia. Desde que inventamos las primeras herramientas, hace algo más de dos millones y medio de años, hemos tenido que transitar por los larguísimos milenios del Paleolítico, funcionando como cazadores-recolectores.  El paradigma cambió con la llegada del Neolítico, cuando nos convertimos en ganaderos y agricultores, que coincide en el tiempo con el cambio climático, cuando termina la última glaciación Würm y comienza la época cálida del Holoceno, hace apenas 10.000 años.  Fue una autentica revolución, ya que la Humanidad comienza por primera vez a producir sus propios alimentos, y en el breve espacio de dos o tres milenios vamos sustituyendo los viejos hábitos de cazadores-recolectores por los de ganaderos y agricultores. Dos o tres mil años  puede parecer mucho tiempo, pero a nivel de cambio de paradigma en Prehistoria es casi un paroxismo, que afecto a casi todos los hábitos ancestrales. Cambió la economía, las viviendas (al ir sustituyendo las cuevas por las aldeas que nos hicieron sedentarios y urbanitas), aparecieron nuevas herramientas (hoces, hachas pulidas…) y avances como la cerámica y los tejidos, que nos permitieron almacenar y tener otras vestimentas. Todo un corpus de aspectos revolucionarios, que incidió también en la organización social y en la propia cultura del grupo. Al final del Neolítico comienza a romperse la sociedad igualitaria del pasado, hecho que se consolida en la etapa siguiente el Cobre, con la emergencia de las élites dominantes sobre el grupo, a través del acumulo de riqueza y poder. Es la recta final que nos ha traído a donde estamos. Somos una Sociedad de inercia. Cuesta mucho cambiar de paradigma, incluso en la industria. El objetivo de la Prehistoria no es el estudio de objetos antiguos, sino el estudio de las sociedades de nuestra especie en su largo transitar por el pasado. Es así… ¡Tenemos élites para rato!
Hoy compartimos dos vasijas del neolítico de La Araña. Son dos globulares con cuello de botella, fondo curvo y tres asas, ambas decoradas en cuerpo y cuello. Fueron diseñadas para estar colgadas. La primera, más pequeña, pertenece al Neolítico Antiguo. La segunda pertenece al Neolítico Medio, cuando ya hay más necesidad de almacenamiento, y tienen que aumentar la capacidad de las vasijas. El mayor peso a soportar hizo que las tres asas se hicieran dobles. Ha perdido ya la delicadeza de los primeros tiempos, para convertirse en un mero instrumento de almacenaje. A pesar de ello, guarda muchas reminiscencias del pasado. Cuesta mucho cambiar de paradigma, incluso en los objetos. En fin… deseamos que os gusten.
Yacimientos Arqueológicos de La Araña. 24-4-2020.





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