miércoles, 18 de marzo de 2020

¡EL CORONAVIRUS LO INVADE TODO!


¡EL CORONAVIRUS LO INVADE TODO!
En estos momentos la pandemia del coronavirus está omnipresente en nuestras vidas las 24 horas del día. Desgracias como esta ponen a prueba la fortaleza de las naciones, de los continentes, y en general de esta aldea globalizada que llamamos Tierra. Son momentos que nos ponen de forma brutal de cara a la realidad, y nos hacen reflexionar sobre las “verdades” que en nuestra existencia cotidiana habíamos asumido como inamovibles. Son tiempos de tribulaciones, que nos dan un cruel baño de realidad,  que ponen el contador a cero en muchas cuestiones, y nos hacen reflexionar sobre la fragilidad humana y lo relativo de las “verdades absolutas” que normalmente rigen nuestras vidas. Son situaciones que hacen aflorar lo mejor y lo peor que llevamos dentro de nosotros como especie.
La Humanidad ha sufrido pandemias durante toda su larga evolución física y cultural. Las hemos superado con ayuda de la propia Naturaleza, de los remedios naturales que nuestra capacidad de observación y el empirismo fueron considerando como benignos, y muy a menudo echando mano de la Religión, que nos daba mayor tranquilidad y una coherencia a nuestra Cosmogonía, en cada momento y cultura. Los antiguos “brujos”, “chamanes”, y similares fueron depositarios del conocimiento de los viejos “sabios”, en pro del colectivo. Con el tiempo sus funciones fueron divergiendo en dos vías diferentes, una hacia la Religión y otra hacia la Ciencia, depositaria de los conocimientos adquiridos. Una de las ramas de la Ciencia, la que cuida de nuestra salud colectiva e individual, está presente hoy en una avanzada y especializada Medicina.
En estos días, los profesionales de la Medicina están en primera línea de la batalla contra la pandemia del coronavirus, luchando denodadamente contra el microscópico enemigo, y hemos de reconocer que los demás estamentos de la Sociedad les están arropando y reconociendo su heroico esfuerzo, agradeciéndoles con aplausos en los balcones nuestro agradecimiento. Pero hay que señalar igualmente la gran concienciación de la Sociedad española, que se ha visto sorprendida por este diminuto enemigo, que ha alterado radicalmente la vida cotidiana. Los espacios vacíos dan buena fe de ello. Son momentos que liman diferencias y ponen al colectivo a empujar en la misma dirección, en esta batalla peculiar que nos afecta a todos. Es la parte positiva de esta grave situación, cuando emerge lo mejor y más solidario de nosotros mismos. Con ello nos quedamos, porque es nuestra fuerza y esperanza. Obviaremos lo peor e insolidario de esta sociedad, que ya se encargarán otros de señalar para reivindicar sus particulares y egoístas intereses. Siempre sucede.
Hoy queremos quedarnos con lo mejor que nos muestran estas situaciones dramáticas: la conciencia generosa de la ciudadanía.
Queremos compartirlo en estas difíciles horas, plasmándolo simbólicamente en el “chamán” neolítico de La Araña, grabado en un presente mortuorio del Abrigo 6 del Complejo del Humo..
Yacimientos Arqueológicos de La Araña.
18-3-2020.



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