jueves, 10 de marzo de 2016

LA DESESPERACIÓN DEL ARQUEÓLOGO

LA DESESPERACIÓN DEL ARQUEÓLOGO

     El estereotipo del arqueólogo nos tiene acostumbrados a ver personas con una brocha, retirando pacientemente la tierra con una brocha, para que vaya emergiendo el fósil sumergido en el blando sedimento. ¿Pero que pasa cuando el sedimento no es blando, si no duro como piedra, y el resto arqueológico esta prisionero de esta dureza extrema? Entonces la brocha sirve de poco, y es sustituida por el diminuto escoplo de acero y el pequeño martillo para ir levantando  esquirlas de sedimento carbonatado, e ir liberando al fósil de su prisión de piedra, con el minucioso cuidado de no perjudicarle. Esta es la desesperación del arqueólogo, por lo penoso del trabajo, la exasperante lentitud del mismo, el derroche de paciencia efectuado, y en fin, toda la ejecución  del desesperante proceso. Es en estos casos cuando el Santo Job se hubiera desesperado, y no hubiera llegado ni a santo ni a nada.
     Hoy les mostramos un fragmento de estos sedimentos anaranjados, duros como piedras, cubierto incluso por una costra estalagmítica, procedentes del Abrigo 10 del Complejo del Humo, de los estratos de los neandertales, que fue guardado como muestra para diversas analíticas. Para esta función si nos gusta mucho, pero para excavarlos son un horror.
Deseamos que os guste
Yacimientos Arqueológicos de La Araña.




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