LOS GOTEOS EN LAS CUEVAS DE LA
ARAÑA (MÁLAGA, ESPAÑA), UN SIGNO DEL PASADO
Los goteos del techo de las cavernas
componen una música que suena a vida. Gota a gota, con intensidades y
frecuencias distintas, marcan sus ritmos milenarios, peculiares para cada
espacio de las cavernas, ritmos que conocieron muy bien nuestros antepasados
prehistóricos, en su transitar por el mundo subterráneo, en los distintos usos
que hicieron de él, bien como hábitat, como santuario, o como panteón. Es el ritmo
de la vida de las cuevas, con su continuo proceso de destrucción y
construcción, destruyendo rocas, construyendo estalactitas y estalagmitas y
toda suerte de costras y espeleotemas, que van dando personalidad a cada rincón
de la cueva. Cuando una caverna pierde su humedad se fosiliza, pasa a ser una
cueva “muerta”, y comienza un proceso de descomposición, que afecta tanto a la
roca madre como a los distintos espeleotemas que se construyeron durante las
etapas de humedad, en los periodos cálidos como el que atravesamos.
Son varias las causas que pueden fosilizar
a una cueva, tanto causas naturales como debidas a la actuación humana, y en La
Araña es posible que tengamos una combinación de ambas, para poder comprender
el proceso de fosilización que ha sufrido gran parte del karst, con los
consiguientes procesos de descomposición en curso. A pesar de esta situación
generalizada, aun existen algunos puntos aquí y allá que se resisten a secarse,
y aunque tímidamente todavía se pueden localizar algunas gotitas de agua que
penden de las resecas estalactitas, en un último intento para no fosilizarse,
mientras que en el suelo una pequeña humedad testifica que aun están “vivas”.
Hoy compartimos uno de estos casos en la
Cueva del Humo.
Deseamos que os guste.
Yacimientos Arqueológicos de La
Araña
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