martes, 1 de octubre de 2013

EL SOSIEGO DE LAS CAVERNAS

EL SOSIEGO DE LAS CAVERNAS

Las cuevas han sido siempre un mundo sugerente y misterioso, cargadas de leyendas y misterio, para el común de los mortales, y en muchos casos casi siempre inspiran temor o admiración, cuando no ambas cosas. Para grupos como arqueólogos y espeleólogos tienen el atractivo de ser las cajas fuertes donde se guardan las evidencias del pasado - para los primeros – mientras que para los segundos suponen un reto de traspasar una de las ultimas fronteras, siempre con algo nuevo y peculiar por descubrir. Pero la tarea de unos y otros no sería tan apasionante si en lo recóndito del subsuelo no existiese el sosiego que va tejiendo milenio tras milenio el maravilloso mundo de las cavernas. Las épocas en que son ocupadas por los humanos, su suelo se convierte en receptor de los objetos perdidos, de los restos de sus actividades industriales, o de los hogares que hicieron para combatir el frío o cocinar sus viandas. En periodos de gran humedad e insalubridad son ocupadas por hienas, u otros animales menos exigentes. En otras ocasiones se convierten en la última morada de sus habitantes, que entierran a sus muertos en las partes mas alejadas de la cavidad. La superposición de las distintas capas de ocupación (o de abandono por empeoramiento de las condiciones de la cueva), van conformando los distintos estratos y los propios yacimientos, que si no se ven alterados pueden permanecer intactos durante larguísimos periodos. A pesar de esta parsimonia de rango milenario, las cuevas no son realidades estancas, si no dinámicas, y están en continuo cambio…, aunque por lo general sean dinámicas desesperadamente lentas, que escapan del concepto de impaciente inmediatez en la que se sitúa el ser humano, ahora y en la Prehistoria. Uno de los cambios mas significativos se produce con la construcción y deconstrucción de estalactitas y estalagmita, y todo el cortejo de espeleotemas, tan admirado por los visitantes.

La Cueva del Humo, usada durante el Paleolítico Medio Y Superior (Neandertales y Cromañones) es en la actualidad un karst fósil, aunque en escasos puntos el humilde sonido de una gota de agua sigue escuchándose en el silencio de la oscuridad. Siempre hay un oasis en un desierto. Hoy les mostramos uno de esos puntos interesantes que gota a gota van construyendo una estalagmita, que desde su pequeñez intenta resarcir los efectos demoledores de la erosión. Es una canción sin fin, de construcción y destrucción, que aun sigue sonando en lo profundo de la cueva, en un intento vano de corregir lo inevitable. Espero que os guste.

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