sábado, 7 de septiembre de 2013

LAMINAS DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR.

LAMINAS DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR.
La lámina es el avance tecnológico más espectacular dentro de la evolución de la talla lítica. Cuando los grupos humanos aprenden a obtener repetitivamente estos productos, se ha dado un paso de gigante en el dominio de la tecnología. Con ellas pueden fabricar multitud de herramientas, que engrosan las tipilogías de los distintos periodos de la Prehistoria, alterando más o menos su morfología originaria, y retallándolas de distintas formas (retoques planos, abruptos, por presión, etc.), pero el avance tecnológico más importante no esta en las tallas o retallas, si no en el proceso tecnológico de la obtención de las propias laminas, desgajándolas repetitivamente de núcleos muy elaborados para su obtención.
Como tantas cosas en  Prehistoria, también nos arrogamos su invención en detrimento de los “bestiales” preneandertales y neandertales. Lo curioso es que la génesis de la tecnología de la lámina hunde sus raíces en etapas anteriores al orgulloso Homo sapiens-sapiens, si bien es nuestra especie la que sistematiza definitivamente las dubitativas tentativas anteriores. El culmen tecnológico de la lámina se alcanza cuando hace aparición otra nueva tecnología (la metalurgia) que nos permite fundir las menas del cobre en crisoles cerámicos. El nuevo cenit de la obtención de láminas evoluciona durante el Calcolítico y el Bronce,  en un intento vano de competir con tan singular avance tecnológico de la humanidad, que terminará truncando rápidamente 2,5 millones de años de talla lítica, para terminar sustituyendo en pocos milenios las herramientas de piedra por las metálicas.
Como todos los aspectos en la Evolución, las verdades absolutas no existen: aquellos que provengan de un ambiente rural y tengan unos ciertos años, es posible que recuerden los entrañables trillos con cuchillas de pedernal que utilizaron nuestros abuelos, y que tras la revolución industrial fueron siendo sustituidos por artilugios mecánicos. Otro ejemplo entrañable lo encontramos en los arcabuces y armas de fuego de chispa que seguían utilizando los mismos pedernales que utilizaron nuestros ancestros neandertales. En fin,  vemos que los avances fundamentales de la Humanidad se resisten a desaparecer por completo de la noche a la mañana. Quizás esto nos debería de hacer reflexionar en otras muchas cosas, y ser menos tajantes cuando nos dedicamos a poner hitos en la Historia.                    


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