viernes, 8 de marzo de 2019

EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER NUESTRA SOLIDARIDAD DESDE LAS CUEVAS DE LA ARAÑA (MÁLAGA, ESPAÑA) ¡ADELANTE MUJERES HASTA LA PLENA IGUALDAD!


EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER NUESTRA SOLIDARIDAD DESDE LAS CUEVAS DE LA ARAÑA (MÁLAGA, ESPAÑA) ¡ADELANTE MUJERES HASTA LA PLENA IGUALDAD!
¡Ojala y no fuera necesario el feminismo! Eso significaría que habíamos llegado a una plena igualdad entre las dos mitades que componen la Humanidad, hombres y mujeres.  Pero no nos engañemos, esta situación tiene que ver poco con la lucha entre las dos mitades de la Humanidad, y la victoria de una sobre la otra. Es algo mucho más sutil, que se ha ido tejiendo lentamente, y que tiene que ver más con el poder, los roles asignados, y su reflejo en la Economía y la Sociedad, y vendido todo con el envoltorio de las costumbres, tradiciones, religión y cultura. En esta dispar asignación de roles, la mitad masculina ha ostentado la posición de dominio, bien basada en la fuerza física, o en el control de las instituciones sociales básicas de la Comunidad, incluida la familia.  A la mitad femenina se le han asignado papeles pasivos, ninguneados y tan poco valorados, hasta tal punto de hacerlos casi invisibles. Gestar y parir a los hijos, criarlos, cuidar a los más débiles, incluidos hijos, enfermos y ancianos, y hacer malabarismos económicos para que la familia siga adelante con los casi siempre escasos recursos disponibles. Los papeles más valorados han sido ostentados por el sector masculino, y los menos apreciados por el femenino. El papel del Hombre de llevar el pan a casa, y el de la mujer administrarlo, son conceptos que se han dado por supuestos, y se han vendido como verdades incuestionables…pero hasta eso es mentira. En esta Sociedad industrial en que nos ha tocado vivir, parece que hemos olvidado muy rápidamente que hasta hace nada éramos una Sociedad de agricultores y ganaderos, y lo hemos sido desde el comienzo del Neolítico, desde hace ya varios miles de años. En ese largo trayecto, la mujer ha dejado junto al hombre su sudor y sus fatigas para llevar el pan a la casa, además de seguir pariendo, criando, educando, cuidando, y administrando, para que la familia siguiera adelante. Eso sí, los resortes del poder, e incluso el de los valores defendidos por la comunidad, han sido emanados desde el lado masculino, hasta tal punto de ser aceptados como verdad indiscutible, incluso por la otra parte, la de las mujeres.
Con la incorporación masiva de la mujer al mal llamado “mundo laboral”, llega la crisis y emergen un montón de cuestiones larvadas, que hasta ese momento se habían dado por buenas, porque “así tenía que ser” el “orden natural de las cosas”. Lo que pasa es que los ancestrales conceptos y valores empiezan a resquebrajarse, no por una lucha, si no por cuestiones de sentido común y justicia, aspectos que parece ser que son innatos al ser humano, aunque en muchos casos nos empeñemos en no practicarlos, e incluso combatirlos, según las conveniencias. En este nuevo escenario, parece lógico (¡otra cualidad humana!) que a igual trabajo igual salario, y a igual responsabilidad igual reconocimiento y respeto…, pero mire usted que esto no es así, y aun nos sorprende que la mujer reclame una plena igualdad, máximo si tenemos en cuenta que en la mayoría de los casos a la mujer le toca desarrollar su jornada laboral como cualquier hombre, y una vez que regresa a casa tiene que seguir apechugando con sus labores ancestrales. Es en este contexto, cuando el secular machismo se revuelve, y no quiere perder los antiguos privilegios. Se esgrime todo tipo de argumentos peregrinos y poco creíbles, para seguir con la antigua desigualdad. Está costando desterrar los viejos modos, y en esto se nota el gran daño para la igualdad que han producido los conceptos machistas.  Quizás la brecha más peligrosa para que esta igualdad llegue algún día no procede de las desigualdades patentes, que todo el mundo vemos y tratamos de combatir, sino de la imposición ideológica que el mundo del hombre ha transferido al mundo de la mujer, que se encuentra que para prosperar en el mundo laboral y social establecido tiene que asumir postulados machistas, para no verse condenada al fracaso, relegada, e incluso acusada de “machismo femenino” en ocasiones. Esto las sitúa en una posición de desventaja, aunque afortunadamente cada vez son más las que luchan por sus derechos de una forma abierta y sin complejos, y se sacuden el poso cultural que las amarraba a un papel secundario en la toma de decisiones y directrices, de un mundo del que ellas son la mitad, y sin cuyo aporte no existiría. Pero esto, que es una obviedad ¡Cuánto cuesta asumirlo, no solo en el campo de la familia, sino en todos los campos de la Sociedad! Mientras esto no se produzca, el feminismo es un elemento esencial y necesario para la Humanidad. Sin él seguiríamos perpetuando una tremenda injusticia, e incluso coartando la posibilidad de evolucionar hacia una sociedad mejor, más justa, y más elevada. Por eso en este día en que se visualiza la lucha de la mujer por ocupar un papel igualitario de pleno derecho, las mujeres y los hombres de las Cuevas de La Araña nos sumamos a tan justa causa. Sin el aporte de la mujer y sus capacidades, esta Humanidad no solo se paralizaría, sino que sería inviable. Lo reconocemos aquí, y queremos compartirlo.
¡ADELANTE MUJERES! ¡A VER SI ENTRE TODOS – HOMBRES Y MUJERES - LOGRAMOS QUE UN DIA SEA INNECESARIO EL FEMINISMO! ¡SE HABRÁ LLEGADO A UNA SOCIEDAD PLENAMENTE IGUALITARIA!
Queremos compartirlo.
Yacimientos Arqueológicos de La Araña.
8-3-2919.

  



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