EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
NUESTRA SOLIDARIDAD DESDE LAS CUEVAS DE LA ARAÑA (MÁLAGA, ESPAÑA) ¡ADELANTE
MUJERES HASTA LA PLENA IGUALDAD!
¡Ojala y no fuera necesario el
feminismo! Eso significaría que habíamos llegado a una plena igualdad entre las
dos mitades que componen la Humanidad, hombres y mujeres. Pero no nos engañemos, esta situación tiene
que ver poco con la lucha entre las dos mitades de la Humanidad, y la victoria
de una sobre la otra. Es algo mucho más sutil, que se ha ido tejiendo
lentamente, y que tiene que ver más con el poder, los roles asignados, y su
reflejo en la Economía y la Sociedad, y vendido todo con el envoltorio de las
costumbres, tradiciones, religión y cultura. En esta dispar asignación de roles,
la mitad masculina ha ostentado la posición de dominio, bien basada en la
fuerza física, o en el control de las instituciones sociales básicas de la
Comunidad, incluida la familia. A la
mitad femenina se le han asignado papeles pasivos, ninguneados y tan poco
valorados, hasta tal punto de hacerlos casi invisibles. Gestar y parir a los
hijos, criarlos, cuidar a los más débiles, incluidos hijos, enfermos y
ancianos, y hacer malabarismos económicos para que la familia siga adelante con
los casi siempre escasos recursos disponibles. Los papeles más valorados han
sido ostentados por el sector masculino, y los menos apreciados por el femenino.
El papel del Hombre de llevar el pan a casa, y el de la mujer administrarlo,
son conceptos que se han dado por supuestos, y se han vendido como verdades
incuestionables…pero hasta eso es mentira. En esta Sociedad industrial en que
nos ha tocado vivir, parece que hemos olvidado muy rápidamente que hasta hace
nada éramos una Sociedad de agricultores y ganaderos, y lo hemos sido desde el
comienzo del Neolítico, desde hace ya varios miles de años. En ese largo
trayecto, la mujer ha dejado junto al hombre su sudor y sus fatigas para llevar
el pan a la casa, además de seguir pariendo, criando, educando, cuidando, y
administrando, para que la familia siguiera adelante. Eso sí, los resortes del
poder, e incluso el de los valores defendidos por la comunidad, han sido
emanados desde el lado masculino, hasta tal punto de ser aceptados como verdad
indiscutible, incluso por la otra parte, la de las mujeres.
Con la incorporación masiva de la
mujer al mal llamado “mundo laboral”, llega la crisis y emergen un montón de
cuestiones larvadas, que hasta ese momento se habían dado por buenas, porque
“así tenía que ser” el “orden natural de las cosas”. Lo que pasa es que los
ancestrales conceptos y valores empiezan a resquebrajarse, no por una lucha, si
no por cuestiones de sentido común y justicia, aspectos que parece ser que son
innatos al ser humano, aunque en muchos casos nos empeñemos en no practicarlos,
e incluso combatirlos, según las conveniencias. En este nuevo escenario, parece
lógico (¡otra cualidad humana!) que a igual trabajo igual salario, y a igual
responsabilidad igual reconocimiento y respeto…, pero mire usted que esto no es
así, y aun nos sorprende que la mujer reclame una plena igualdad, máximo si
tenemos en cuenta que en la mayoría de los casos a la mujer le toca desarrollar
su jornada laboral como cualquier hombre, y una vez que regresa a casa tiene
que seguir apechugando con sus labores ancestrales. Es en este contexto, cuando
el secular machismo se revuelve, y no quiere perder los antiguos privilegios.
Se esgrime todo tipo de argumentos peregrinos y poco creíbles, para seguir con
la antigua desigualdad. Está costando desterrar los viejos modos, y en esto se
nota el gran daño para la igualdad que han producido los conceptos machistas. Quizás la brecha más peligrosa para que esta
igualdad llegue algún día no procede de las desigualdades patentes, que todo el
mundo vemos y tratamos de combatir, sino de la imposición ideológica que el
mundo del hombre ha transferido al mundo de la mujer, que se encuentra que para
prosperar en el mundo laboral y social establecido tiene que asumir postulados
machistas, para no verse condenada al fracaso, relegada, e incluso acusada de
“machismo femenino” en ocasiones. Esto las sitúa en una posición de desventaja,
aunque afortunadamente cada vez son más las que luchan por sus derechos de una
forma abierta y sin complejos, y se sacuden el poso cultural que las amarraba a
un papel secundario en la toma de decisiones y directrices, de un mundo del que
ellas son la mitad, y sin cuyo aporte no existiría. Pero esto, que es una
obviedad ¡Cuánto cuesta asumirlo, no solo en el campo de la familia, sino en
todos los campos de la Sociedad! Mientras esto no se produzca, el feminismo es
un elemento esencial y necesario para la Humanidad. Sin él seguiríamos
perpetuando una tremenda injusticia, e incluso coartando la posibilidad de
evolucionar hacia una sociedad mejor, más justa, y más elevada. Por eso en este
día en que se visualiza la lucha de la mujer por ocupar un papel igualitario de
pleno derecho, las mujeres y los hombres de las Cuevas de La Araña nos sumamos
a tan justa causa. Sin el aporte de la mujer y sus capacidades, esta Humanidad
no solo se paralizaría, sino que sería inviable. Lo reconocemos aquí, y
queremos compartirlo.
¡ADELANTE MUJERES! ¡A VER SI
ENTRE TODOS – HOMBRES Y MUJERES - LOGRAMOS QUE UN DIA SEA INNECESARIO EL
FEMINISMO! ¡SE HABRÁ LLEGADO A UNA SOCIEDAD PLENAMENTE IGUALITARIA!
Queremos compartirlo.
Yacimientos Arqueológicos de La
Araña.
8-3-2919.
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