ADIÓS AL MAESTRO DON MANUEL
PELLICER CATALÁN
La muerte se ha llevado a la edad
de 92 años a uno de los grandes Maestros de la Investigación prehistórica de España. Ha sido un poco
Maestro de todos, tanto de los que tuvimos la suerte de conocerlo y beber
directamente de su sabiduría, como los que lo siguieron a través de sus
publicaciones, especialmente en la sistematización de la Prehistoria Reciente
(Neolítico y Calcolítico). Importantes
yacimientos andaluces como la Cueva de la Dehesilla o la Cueva de Nerja fueron
motivo de sus investigaciones y desvelos como científico, en compañía de su
mujer, Doña Pilar Acosta, otra de las grandes Maestras de la Investigación
española, que nos dejó un Corpus casi insuperable del Arte Esquemático de la
Península Ibérica. Don Manuel fue un sabio con una amplia visión de las cosas,
nada excluyente, que supo manejar con especial maestría el frio mundo de los datos
con la visión general de los temas. El árbol nunca le dejó de ver con toda
claridad el bosque. Pero si esto atañe al plano científico, con ser importante,
en estos momentos en que su vida ha llegado a su fin, no es lo más importante,
cuando lo recordamos como persona. Lo más importante se puede sintetizar en una
palabra: DIGNIAD. Nunca olvidaremos nuestras charlas con él, tanto individuales
como en grupo. En aquellas charlas informales y distendidas, no solo aprendimos
aspectos de la Prehistoria, sino la visión de un catedrático, con una gran
mochila de conocimientos y una visión honesta de la vida, y que compartió
generosamente con los que entonces éramos aprendices de la Prehistoria, y que de alguna forma lo
seguimos siendo ¡Todos los días aprendemos algo de esta noble ciencia, y en
parte se lo debemos a la visión de Don Manuel, para el que la vida era un aprendizaje
continuo! No sabemos porque, pero siempre que recordamos a Don Manuel, nos
viene a la memoria una de las frases que dijo en una de nuestras charlas, con
varios estudiantes de entonces (que le estaban transmitiendo los aspectos
oscuros de la investigación, que también existen) y la reflexión lapidaria de
Don Manuel, cuando nos dijo que “más vale morir de pie que vivir de rodillas”.
La frase no era suya, pero definía perfectamente al personaje, y a su forma de
comportarse en la vida, que nunca fue fácil. Este era en esencia Don Manuel. Toda una lección que no hemos olvidado, y que
sigue siendo válida para el momento presente, tanto para investigadores, como
para el resto de la Sociedad, en este mundo tan perfectamente domesticado por
las élites dominantes.
Descanse en paz Don Manuel, y
gracias maestro por la visión que nos diste de La Ciencia, y sobre todo por la
visión que nos dejaste de la actitud ante la vida, y el elevado concepto de la
dignidad humana. Nos hace tener un poso de esperanza.
Yacimientos Arqueológicos de La
Araña-
25-4-2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario