Añoramos a nuestra cabra montesa en La Araña. Fue el último ejemplar
de Capra hispánica que paseó por el
territorio, obligada a coexistir en un entorno urbano, tan alejado de su
naturaleza salvaje. Su llegada a La
Araña es un misterio que no pudimos resolver. Si alguien lo
sabe le agradeceríamos que nos lo aclare. Seria como un pequeño homenaje a tan
emblemático animal. La vimos ramonear desde pequeña por el Complejo del Humo,
como una estampa sustraída de la época de los neandertales. Para nosotros,
contemplar su esquiva figura - siempre marcando distancias con los humanos -
fue un regalo para los ojos y para el espíritu, que nos retrotraía a épocas
pasadas, cuando era objeto de caza por los grupos prehistóricos que habitaban
en las cuevas. Cuando fue creciendo nos dimos cuenta que “la cabrilla” era en
realidad un magnifico ejemplar macho, con una esplendida cornamenta. En la
campaña del 2000 aun pudimos verla, entrando y saliendo de su cueva, cuya boca
estaba situada en un acantilado vertical, admirándonos que no se despeñara en
el intento, ni siquiera en los días de lluvia. Denominamos entonces a la
caverna como la Cueva
de la Cabra. Las
últimas noticias que tuvimos de ella es que embestía las máquinas que invadían su territorio. Nos
comentaron que en su etapa final solo tenía un cuerno. Posiblemente había
perdido el otro en tan desiguales combates. Es una imagen que afortunadamente
no llegamos a contemplar. Así nos quedará en el recuerdo su orgullosa imagen de
salvaje independencia. Deseamos que os guste.
Yacimientos Arqueológicos de La Araña.
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