Cuándo visitamos una cueva y vemos sus
conjuntos de espeleotemas, con las formaciones de estalactitas y estalagmitas,
y todo el cortejo de coladas, banderolas, etc., (algunos tan portentosos como la Cueva de Nerja), poco nos
imaginamos que estos magníficos monumentos naturales comenzaron con unas
humildes tubitos calcáreos en el techo de apenas unos milímetros y una gotita
de agua, y una capita micrométrica de aspecto lechoso en el suelo, que se irán
recreciendo milenio tras milenio hasta ofrecernos los extraordinarias
maravillas que nos ofrecen algunas cuevas.
Aunque la Cueva del Humo es una caverna fósil en la
actualidad, parece ser que en algunos puntos se está reactivando, y está
comenzando la génesis de nuevas formaciones calcáreas, con toda la pureza de
los comienzos de las cosas. Os mostramos una fotografía de un conjunto de estos
pequeños tubitos colgados del techo, y de la costrilla lechosa que se está
formando en el suelo. Esperamos que os guste.
Yacimientos Arqueológicos de la Araña.
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