Uno de los aspectos de los yacimientos de
amplio espectro estratigráfico y cultural, es que el paso del dilatado tiempo que
aprisionan, ha permitido profundos cambios en muchas de sus zonas, que han
podido sufrir procesos erosivos de gran magnitud, y usos del mismo espacio por
parte de grupos pertenecientes a distintos periodos y culturas. Esta situación
posibilita extrañas estratigrafías, que en nada corresponden al transcurrir
lineal del tiempo. Su historia podría comenzarse casi como un cuento de niños:
“Había una vez unos neandertales en La Araña que ocuparan una
cueva, hace muchos, muchos años, y que nos dejaron restos de su industria y de
su comida esparcidos por el suelo. Este hecho se siguió repitiendo durante
muchos, muchos milenios, y mientras tanto la caverna se seguía colmatando,
hasta que las capas de sedimentos llegaron al techo. Cada una de estas capas de
sedimentos era una pagina del pasado de la Humanidad en la Bahía de Málaga. Después cambio el clima en el
Planeta, y sucedieron una serie de acontecimientos terribles: empezó un proceso
erosivo que destruyó muchas de las páginas que pacientemente había guardado la
cueva durante larguísimos milenios. Llegó un momento en que incluso llegó a
desaparecer la propia cueva, quedando al aire libre las páginas del Libro de la Tierra que habían
resistido, y sobre ellas se asentaron unas gentes extrañas, que nada tenían que
ver con los neandertales, y que también nos dejaron sus restos de industria y
de comida. Estas gentes extrañas eran fenicios, romanos, medievales, etc, y así
hasta nuestros días. Cuando mas tarde llegaron los arqueólogos se encontraran
en varios puntos, que debajo de estas gentes extrañas, aparecían los estratos
del viejo neandertal, y entre ambos había desaparecido una gran parte de la Historia de la Humanidad. ¡Pero los arqueólogos
se alegraron mucho que en otros puntos del complejo del Humo la destrucción no
se había producido, y por lo tanto la superposición de capas había seguido su
curso natural, permaneciendo la secuencia completa!”.
Dejando la narrativa infantil, hoy les
mostramos uno de estos puntos (la
Cueva del Agua, dentro del gran Abrigo 5 del Complejo del
Humo), donde se superpone los restos medievales a los de los neandertales, que habían
resistido las acciones destructivas de la erosión. ¡Menos mal que unos metros
más al norte la erosión no había dejado sentir sus efectos destructivos,
permaneciendo la secuencia completa! Deseamos que os guste.
Yacimientos Arqueológicos
de La Araña.
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