Aunque tenga
consecuencias negativas para su conservación, hay que reconocer que una caverna
fósil tiene su encanto. Por un lado ha perdido su humedad, y los procesos de
destrucción y construcción debidos al agua se han detenido en el tiempo,
fosilizando el momento en que la cueva se quedó seca. Pero por otro lado nos
evoca las condiciones en que se encontraba, cuando grupos de neandertales vivían
en ella, y nos hace mucho mas fácil su estudio al no tener que bregar con las
humedades y dificultades que ellos tuvieron que soportar cuando era su hábitat.
Toda una exposición para facilitar el estudio científico y la imaginación.
Deseamos que os guste.
Yacimientos
Arqueológicos de La Araña.
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