Acostumbrados
a la visión que el cine nos viene transmitiendo muy a menudo de los arqueólogos,
de claves secretas que hay que interpretar de forma críptica para llegar al
hallazgo del tesoro, la realidad es muy diferente, y exige grandes dosis de
paciencia y de metodológicos trabajos, que poco tienen que ver con la visión
peliculera que ha menudo nos ofrecen. La mayor parte de las tareas arqueológicas
son puro transito por el protocolo sistemático de las excavaciones y de
obtención de datos, muchas veces en laboratorios que están muy alejados de la
propia excavación, que es solo una parte de las investigaciones. Y sin
embargo…¡Los momentos felices existen!. Uno de ellos fue el hallazgo de un
panteón neolítico en la mítica cueva Hoyo de la Mina (La
Araña , Málaga), intacto, tal como lo dejaron nuestros
antepasados hace unos 6500 años. Son estos breves periodos los que resarcen al
arqueólogo de tantos acontecimientos en los que tuvo que tener la paciencia del
Santo Job. Son los minutos de euforia, de alegría, que no se olvidan en la
vida, por muchos años que viva uno. Es lo que refleja la cara de las
arqueólogas, que no resistieron la tentación de aprisionar el momento.
Yacimientos
Arqueológicos de La Araña
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