Siempre que se habla de arqueología, la
imagen que nos viene a la mente casi inmediatamente es la de unas personas con
indumentaria más o menos rara, realizando con sumo cuidado una excavación, en
pos de descubrir algún misterio del pasado. No deja de ser un estereotipo, que
hasta cierto punto se ajusta a la verdad. Pero hay otra dimensión, que no es
tan conocida, y en la que no se suele pensar al hablar de arqueología, fuera de
los arqueólogos. Nos referimos a las múltiples analíticas que se realizan en
diversos laboratorios, y que en la arqueología moderna tienen un peso
extraordinario - ¡y sigue en aumento cada vez más!- y sin cuyo concurso no se
conciben las conclusiones dentro de la investigación del pasado. Son estas
analíticas las que nos ponen fechas a los acontecimientos con las dataciones
radio métricas, las que nos permiten reconstruir los paleo climas y sus
correspondientes medioambiente, o en que circunstancias ambientales se
depositaron ciertas capas o estratos, etc. Todo un rosario de datos, que vienen
a aminorar las inseguridades del arqueólogo, aunque en muchos casos abran
nuevos interrogantes, como pasa siempre e la Ciencia.
Hoy les mostramos una instantánea del
proceso de la toma de muestras para una de estas analíticas en La Araña (la micro
estratigrafía), instalando las pequeñas cajas que contendrán los sedimentos de
segmentos estratigráficos, y se mandarán al laboratorio para su análisis al
microscopio. Estas tareas - y las de las demás analíticas - quedan muy lejos
del “chalacof” y el pantalón corto – como diría nuestro amigo Diego – pero son
esenciales para hacer avanzar a las investigaciones, aunque pasen
desapercibidas a la mayoría de las personas que visitan un museo o un
yacimiento arqueológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario