LAMINAS DEL PALEOLÍTICO SUPERIOR.
La lámina es el avance tecnológico más espectacular dentro
de la evolución de la talla lítica. Cuando los grupos humanos aprenden a
obtener repetitivamente estos productos, se ha dado un paso de gigante en el
dominio de la tecnología. Con ellas pueden fabricar multitud de herramientas,
que engrosan las tipilogías de los distintos periodos de la Prehistoria , alterando
más o menos su morfología originaria, y retallándolas de distintas formas
(retoques planos, abruptos, por presión, etc.), pero el avance tecnológico más
importante no esta en las tallas o retallas, si no en el proceso tecnológico de
la obtención de las propias laminas, desgajándolas repetitivamente de núcleos
muy elaborados para su obtención.
Como tantas cosas en
Prehistoria, también nos arrogamos su invención en detrimento de los
“bestiales” preneandertales y neandertales. Lo curioso es que la génesis de la
tecnología de la lámina hunde sus raíces en etapas anteriores al orgulloso Homo sapiens-sapiens, si bien es nuestra
especie la que sistematiza definitivamente las dubitativas tentativas
anteriores. El culmen tecnológico de la lámina se alcanza cuando hace aparición
otra nueva tecnología (la metalurgia) que nos permite fundir las menas del
cobre en crisoles cerámicos. El nuevo cenit de la obtención de láminas
evoluciona durante el Calcolítico y el Bronce,
en un intento vano de competir con tan singular avance tecnológico de la
humanidad, que terminará truncando rápidamente 2,5 millones de años de talla
lítica, para terminar sustituyendo en pocos milenios las herramientas de piedra
por las metálicas.
Como todos los aspectos en la Evolución , las verdades
absolutas no existen: aquellos que provengan de un ambiente rural y tengan unos
ciertos años, es posible que recuerden los entrañables trillos con cuchillas de
pedernal que utilizaron nuestros abuelos, y que tras la revolución industrial
fueron siendo sustituidos por artilugios mecánicos. Otro ejemplo entrañable lo
encontramos en los arcabuces y armas de fuego de chispa que seguían utilizando
los mismos pedernales que utilizaron nuestros ancestros neandertales. En
fin, vemos que los avances fundamentales
de la Humanidad
se resisten a desaparecer por completo de la noche a la mañana. Quizás esto nos
debería de hacer reflexionar en otras muchas cosas, y ser menos tajantes cuando
nos dedicamos a poner hitos en la
Historia.
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