LAS HUELLAS DEL FUEGO SOBRE LOS OBJETOS ARQUEOLÓGICOS EN LA ARAÑA (MÁLAGA, ESPAÑA), Y SU POSIBLE SIGNIFICADO ARQUEOLÓGICO
Los efectos del fuego sobre los objetos arqueológicos son abundantes en La Araña, en todos los horizontes culturales, desde los neandertales hasta el Cobre o Calcolítico. Afectan prácticamente a todos los objetos, desde los líticos, cerámicos, restos de comida (conchas y huesos) y vegetales (carbón), aunque sus efectos pueden manifestarse de distintas formas, según las materias y la propia intensidad del fuego que les afectó. En los líticos, como el silex, las evidencias son evidentes a simple vista, con los pequeños “cráteres” que muestran su calentamiento. En los restos orgánicos (huesos, conchas y vegetales) las muestras son igualmente patentes, con manifestaciones y coloraciones distintas, que pueden ir desde el negro al casi blanco. En las cerámicas dominan las tonalidades cálidas en la cocción, que pueden ir desde el rojizo casi negro a los anaranjados y ocres claros, según la cantidad de oxígeno existente en las distintas partes del recipiente mientras se cocían, aunque siempre se pasa de unas zonas a otras de forma gradual. Son abundantes también las señas del fuego sobre los vasos después de la cocción, como consecuencia de su uso en la cocina, aunque en este caso sus consecuencias son mucho mas uniformes y ennegrecedoras en la parte baja de las vasijas. Todas estas evidencias son fácilmente identificables en los objetos arqueológicos, y generalmente su significado puede ser fácilmente discernible. Otras veces, en cambio, las huellas del fuego no son tan fácilmente interpretables, y sus evidencias pueden deberse a diversas vicisitudes sufridas por el objeto. Un hueso puede haberse roto mucho tiempo después de que formara parte de un suculento asado cárnico. Uno de los fragmentos pudo, tiempo después, haber entrado en contacto con un fuego, carbonizándose. Cuando miles de años más tarde el arqueólogo encuentra ambos fragmentos y los une en el laboratorio, puede llevarse la sorpresa de que un fragmento está completamente carbonizado, mientras que el otro presenta un aspecto normal, con su color amarfilado, evidenciando que han sufrido procesos diferentes. Algo similar puede suceder con los fragmentos de una vasija, al reconstruirla, que igualmente puede mostrar que hay evidencias de fuego, que no tienen que ver con procesos de cocción de la cerámica, o su posterior uso en los guisos prehistóricos. Son detalles que nos hacen ver que las huellas del fuego sobre huesos y cerámicas, no siempre son productos de asados gastronomitos o cocción y acciones de guisados prehistóricos.
Hoy compartimos algunos fragmentos de la misma vasija neolítica del Abrigo 6 del Complejo del Humo, ensamblados, que han sufrido suerte distinta, una vez rota la misma. Deseamos que os guste.
Yacimientos Arqueológicos de La Araña.
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