LA DESESPERACIÓN DEL ARQUEÓLOGO
El estereotipo del arqueólogo nos tiene
acostumbrados a ver personas con una brocha, retirando pacientemente la tierra
con una brocha, para que vaya emergiendo el fósil sumergido en el blando
sedimento. ¿Pero que pasa cuando el sedimento no es blando, si no duro como
piedra, y el resto arqueológico esta prisionero de esta dureza extrema?
Entonces la brocha sirve de poco, y es sustituida por el diminuto escoplo de
acero y el pequeño martillo para ir levantando
esquirlas de sedimento carbonatado, e ir liberando al fósil de su
prisión de piedra, con el minucioso cuidado de no perjudicarle. Esta es la
desesperación del arqueólogo, por lo penoso del trabajo, la exasperante lentitud
del mismo, el derroche de paciencia efectuado, y en fin, toda la ejecución del desesperante proceso. Es en estos casos
cuando el Santo Job se hubiera desesperado, y no hubiera llegado ni a santo ni
a nada.
Hoy les mostramos un fragmento de estos
sedimentos anaranjados, duros como piedras, cubierto incluso por una costra
estalagmítica, procedentes del Abrigo 10 del Complejo del Humo, de los estratos
de los neandertales, que fue guardado como muestra para diversas analíticas.
Para esta función si nos gusta mucho, pero para excavarlos son un horror.
Deseamos que os guste
Yacimientos Arqueológicos de La Araña.
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