LA VIDA SIGUE EN LAS CUEVAS DE LA
ARAÑA (MÁLAGA, ESPAÑA)
Hace ya muchos milenios que las cuevas de
La Araña dejaron de ser hábitats de neandertales y cromañones. Siguieron dando
refugio ocasional a otros grupos humanos posteriores de la Antigüedad, del
Medievo, y de las Edades Moderna y Contemporánea, en un último servicio a los
habitantes de la Bahía de Málaga. Los mayores de la zona aun recuerdan su uso
como ocasionales refugios humanos y como apriscos de ganado, usos que cesaron
hace más de medio siglo. Las huellas de esta continuada actividad humana, han
quedado marcadas en las cavernas y abrigos del territorio, en forma de
ancestrales capas de hollín, como consecuencias de las múltiples fogatas
realizadas bajo sus techos rocosos.
A pesar de todo, la vida sigue en las
cuevas. Sigue estando presente en forma de pequeñas colonias de murciélagos, de
toda una fauna cavernícola que continua como hace milenios, o en forma de nidos
de especies que han utilizado las cavernas para fijar sus construcciones de
barro en las paredes y techos ( como
golondrinas, “aviones” o insectos de distintas especies), cubriendo las viejas
capas de hollín, al igual que la generación de nuevas series de diminutas
estalactitas, que parecen luchar por que las cuevas no mueran definitivamente.
Hoy les mostramos algunas de esas
evidencias de las cuevas de La Araña. Son todo un símbolo de esperanza, y un
toque de atención sobre la necesidad de conservar para las generaciones
venideras el mayor archivo histórico de la ciudad, y que el desarrollo
incontrolado no ponga en peligro este gran legado del pasado, que tiene un
potencial de siglos de investigación, si los andaluces y la propia ciudad de
Málaga se esfuerzan en conservarlo.
Es nuestro más ferviente deseo, y
esperamos que sea también el vuestro.
Yacimientos Arqueológicos de La
Araña.
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