LOS PEQUEÑOS FUEGOS EN
LAS CUEVAS Y SU DIFÍCIL INTERPRETACIÓN
La presencia del fuego
en las cuevas está testimoniada de múltiples formas. Hogares, hollines,
carbones y cenizas, muestran el uso de lumbres en sus suelos. Cuando estas se
hicieron persistentemente en el mismo sitio durante un largo tiempo es cuando
hablamos de hogares, y se caracterizan por ocupar un espacio considerable, y
tener abundante carbón y cenizas. El hogar se convierte así en un punto central
del grupo humano que se sirvió de él. En torno a él se agruparon para
calentarse, para preparar los alimentos, o calentar el sílex para facilitar su
talla. Son usos fácilmente deducibles e interpretables a tenor de los restos
aparecidos en los yacimientos (hogares, hollines, restos de comida quemados,
siles calentados, etc.). El problema surge cuando los fuegos fueron diminutos y
puntuales. Su pequeño tamaño no sugiere
un punto central del grupo, ni para calentarse, ni para asar alimentos o
calentar sílex. A veces nos hemos preguntado si no fué un pequeño fuego con una
finalidad puntual de iluminación, y que solo funcionó una sola vez, durante el
tiempo que lo necesitaron.
Hoy compartimos la
huella de una de estas pequeñas lumbres, donde lo único que nos transmite es
que allí ardió algo. Puede servir para otras cosas (dataciones, antracología,
etc.) pero desconocemos su finalidad exacta, incluso contextualizándolo con su
entorno.
Queremos compartirlo.
Cuevas de La Araña.
3-2-20221.
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