UNA BELLA VASIJA DEL CALCOLÍTICO
DE LA ARAÑA (MÁLAGA, ESPAÑA)
Desde que se inventó la cerámica
en el Neolítico, los grupos humanos tenían ya recipientes cómodos y versátiles
para almacenar, tanto productos líquidos como sólidos. Tenían también la
posibilidad de preparar al fuego los primeros guisos caldosos, mezclando carne
y vegetales, dando un gran paso la cocina de la Humanidad, que venía a unirse a
los ancestrales asados. En la etapa
siguiente, el Calcolítico, con la generalización de la agricultura, la vajilla
se va haciendo más adaptada a los nuevos usos gastronómicos, posiblemente como
consecuencia del uso de la harina en
guisos tipo gachas. Aparecen los platos, y en general las vajillas van
aumentando su anchura en relación a su altura. A pesar de esta tendencia, aún podemos encontrar recipientes que nos recuerdan a los cuencos, aunque cambiando
en los aspectos decorativos y en los elementos sustentantes o asas.
Hoy queremos compartir uno de
estos recipientes del Calcolítico, aparecido en La Araña, donde ya los cuatro
mamelones no tienen una función sustentante, y son meramente decorativos,
aunque su disposición en la vasija (contrapuestos dos a dos) recuerda la vieja organización
del Neolítico. En fin, las costumbres y los modos ancestrales no desaparecen de
la noche a la mañana.
Yacimientos Arqueológicos de La
Araña.
11-4-2018.
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